Ensayo autobiográfico.
Mi madre, mi maestra, mi guía.
El siguiente ensayo autobiográfico
corresponde a las experiencias vividas en el marco de un amor materno y los
alcances que tuvo este para influir positivamente en lo que soy como persona.
Por una parte un recuento de todos los conocimientos adquiridos del mundo
occidental que tuvo como base el ahínco de mi madre dentro de una sociedad
interesada por el progreso único del hombre. Por otra parte una mujer con un papel
importante e ineludible que reposa en lo que soy como herencia de mis ancestros
Nasa sesteado en conocimientos del pensamiento libre pero racional de mi madre.
Primeros años.
Tenía 8 meses
de gestación mi madre y mi padre terminaban de construir, en el resguardo
indígena de Toez Caloto, aquello a lo que llamaríamos hogar. Poco después nací,
así libremente, sin instrucciones, sin algún camino definido que debiera
seguir. Pasado el año de mi nacimiento mi padre empezaba a darle constantemente
golpes a mi madre, hasta el punto de dejarla incapacitada por unas largas
semanas. Pese a los fuertes golpes mi madre, una mujer de contextura gruesa,
ojos miel y una larga cabellera, seguía al lado de lo que fue algún día un
príncipe para ella, aún lo miraba con ojos de enamorada, planeaba un futuro a
su lado y de cómo sería cuando fuésemos cuatro, pues sí, mi madre por segunda vez
se encaminaba en el milagro de la vida. Nació mi hermana una niña no tan sana,
a causa de las secuelas del maltrato familiar, pequeña y con bajo peso. Aquel comportamiento de mi madre está relacionado con la
teoría de El vínculo traumático, desarrollada
por Dutton y Painter, licenciados en psicología, en el año 1981. Esta teoría
afirma que existe una relación entre la víctima y el agresor, este último se
basa en claves emocionales y afectivas para generar con el paso del tiempo una
conducta de docilidad; aspecto por el que evidentemente mi madre pasaba, ella
sostiene que entre más golpes recibía de mi padre más se apegaba a este
desarrollando una conducta de indefensión aprendida (Seligman, 1975). Sin
embargo mi madre logró superar este episodio con una de las salidas más
comunes, la cual consiste en alejarse de su maltratador por amor a sus hijas.
Para
después del nacimiento de mi hermana nos trasladamos a vivir a Caloto y
posteriormente a Santander de Quilichao un pueblo, en ese entonces bastante
pequeño, del departamento del Cauca. Vivíamos en el barrio el Porvenir, solo
las tres mi madre, mi hermana y yo. A pesar
de no contar con la compañía y seguridad de un padre y por ende con el apoyo
económico que este debía darnos como nuestro derecho, establecido
en el artículo 411 del código civil de la constitución colombiana, así como
también se cimienta en el artículo 24 de la Ley 1098 de 2006, y como si lo
supiese establecí desde niña un distanciamiento a conciencia con mi progenitor
debido a que en el día a día evidenciaba el sacrificio pleno de mi madre, aun
así siempre fuimos felices, pues mi madre cumplía con todas las
expectativas que teníamos hacia ella, ¿existía un vacío?, si, vacío que llenó
mi madre en cada hora, cada día, cada mes y cada año con todas sus enseñanzas
pero sobre todo con su amor infinito, un amor Nasa.
Mi madre y su herencia.
Mi educación
por obvias razones se la debo a mi madre, quien se esforzaba cada día más por
hacernos parte de un mundo utópico, pertinente a la inclusión e igualdad, ya
que a pesar de no ser parte de la clase alta estudié desde que tengo memoria en
colegios de alta categoría, todo gracias a las manos sagradas de mi madre, su
inigualable inteligencia y gran capacidad de discernimiento.
Mi primer modelo
de educación estructurada, es decir a la que llamamos institución fue el
preescolar Michael, este tenía sus bases en la pedagogía Waldorf. Ingrese
con una beca a mis cuatro años, gracias a la aprobación de un proyecto que mi
madre había escrito para doña Ludia, la directora. Nos enseñaban desde el arte
de la panadería hasta como realizar mini-excursiones botánicas, estimulando
nuestros sentidos y empezando con buenas raíces nuestro camino hacia el
aprendizaje. Para ello todas las mañanas nos levantábamos a las 5, antes de la
salida del sol, para realizar un viaje de un municipio a otro de casi 3 horas, todo
con el objetivo de llegar puntual a lo que sería una nueva aventura. Consideré
mágico ese espacio desde el inicio cuando ingrese con lágrimas en los ojos
porque me resistía a quedarme en lo desconocido, pasando por la aparición del
dragón rojo visto por todos desde el balcón, hasta la culminación del
preescolar, estando listos para iniciar la primaria, esto fue hasta mis siete
años puesto que mi madre se oponía rotundamente a seguir el modelo educativo nacional, pues considera que la vida de cada
ser humano está dividida en septenios y por tanto, el primero de ellos
correspondía al desarrollo físico e integral del infante; de forma contraria
según lo establecido en el artículo 6 del
Decreto 2247 de 1997, los niños y niñas a los seis años ya tienen
permitido ingresar al grado primero. Agradezco tan grata decisión de mi madre
pues considero que este aspecto “insignificante” aporto grandemente a mi construcción
como ser humano.
Mi madre y su lucha.
Mi madre
siempre ha trabajado con los pueblos indígenas, es por ello que estuve ligada a dichos procesos, conocía casi
a la perfección temas relacionados con el movimiento, como lo son la
recuperación de tierras, el plan de desarrollo y de salud. Todo lo anterior debido a que el pueblo nasa ha
sido un grupo sospechoso y por ello dentro de los propósitos de este estaba y
está exigir respeto y cumplimiento al Derecho Constitucional, al Derecho
Internacional en el territorio autónomo, así como también se exige respeto a la
jurisdicción y a las autoridades propias, ya que se han venido presentando
opresión de los altos mandatarios, desplazamiento forzado a causa del conflicto
armado, así como también la muerte de nuestros líderes. Las consecuencias de lo
anterior recaen en el exterminio de nosotros los indígenas Nasa físicamente y
culturalmente, tal y como se evidencia en el Auto/004 del 2009.
En la
Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, La ACIN, mi madre era
quien formulaba los proyectos que beneficiaban a cada unas de las comunidades
indígenas Nasa. Para
ello se pasaba horas frente al computador creando su obra maestra, pero antes preparaba
una taza de café, me dejaba en la cama y me daba un tierno beso. Al terminar su
perfecta redacción estos proyectos eran enviados tanto al gobierno Nacional
como a gobiernos internacionales en
busca del apoyo y participación de personas para cumplir los objetivos indígenas.
El más importante hasta ahora “El Plan de Vida” del pueblo Nasa.
Sin embargo, no
siempre todo fue color de rosa, mi madre empezó desde cero, comenzó desde
transcribir textos, apoyar la logística de las asambleas comunitarias, hasta ir
vereda por vereda realizando las encuestas; es decir una “Detodologa” como yo
la llamo. Durante todo este proceso mi madre obtuvo experiencia y fue labrando
su propio camino, hasta ser la asesora de pueblo nasa, en pocas palabras mi
heroína.
Medicina tradicional.
En el 2005 a
mis nueve años ocurrieron en mi casa acontecimientos extraños, algo que
describiría en el ahora como sobrenaturales. Un día me encontraba durmiendo en
mi cuarto cuando me desperté repentinamente y al mirar a los pies de la cama
veía como un señor vestido completamente de negro me miraba fijamente, en otra
ocasión veía como niños pequeños casi como enanos se paraban en las esquinas de
la casa y con la misma intensidad me miraban. Otro acontecimiento semejante fue
cuando durante un vendaval, mi niñera me pidió que fuese a recoger la ropa que
se encontraba en el patio pues se aproximaba una tormenta, así lo hice, fui
abrí la puerta y lo que encontré fue una árbol con un ojo en cada rama, estos
me miraban igual que en las demás ocasiones. Pensé que me estaba imaginando tal
hecho así que llame a Ana, mi niñera, y esta al ver tal hecho cerró
inmediatamente la puerta y nos dirigimos a la parte delantera de la casa a
esperar la llegada de mi madre, pues ambas sabíamos que no le temía a nada.
Todo esto
pasaba constantemente por lo que ya me había acostumbrado después de pasado un
mes. Me preguntaba porque veía estas cosas y fue mi madre quien dio respuesta a
esta pregunta; me afirmo que algunas personas tienen el don de la visión y que
viniendo de una familia indígena con dichos dotes podía yo ser parte de este
grupo, que no debía asustarme, solo debía orar a Dios.
Por lo sucedido
mi madre me llevo por primera vez donde el médico tradicional. Sí, a mis 10
años realizaba mi primer ritual, en este aprendí el significado de ser
indígena, las propiedades de cada planta y de la capacidad de sanación de estas
como para algo tan simple como un dolor de cabeza. Esto chocó un poco al
principio con mis creencias religiosas pues lo asimilaba con prácticas de
brujería, pero como en la mayoría de las ocasiones mi madre tenía una respuesta
para ello, una reflexión tan fina que no me atrevo a escribir en este texto.
Ese fue el inicio de una vida de cosmovisión indígena. Me interese por conocer
acerca del Nasa Yuwe, lengua indígena nasa, las costumbres y pensamiento nativo.
Se hoy que soy parte de una gran historia y de una nación que desborda de
diversidad, la cual gracias a guerreros milenarios es considerada una nación
multiétnica y pruricultural.
Lo anterior se afirma en nuestra Constitución: “El estado reconoce y protege la
diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana” (Articulo 7, C.P, 1991), es
entonces así, como mi madre ha hecho parte de ese grupo admirable de personas reiterando
una y otra vez lo establecido en la Carta magna y remembrando los derechos que
esta nos confiere.
Por último y en
forma de conclusión una madre es considerada por quien engendró como merecedora
de alago, afecto, respeto, y admiración, así pues esta no es la excepción. Mi
madre fue y es mi inspiración, me ilustró de dos formas diferentes guiadas por
su corazón. Activamente mi madre ha sido mi maestra y guía en el camino de la
vida, por ella es quien soy como ser humano, un resultado de creencias, una
religiosa y otra nativa; es por ello que vengo del amor infinito de un Dios
quien creó la madre tierra, la cual sostuvo en sus brazos a mi madre, mujer
humilde y capaz quien me dio el regalo de la vida y no siendo suficiente me
entregó la suya.
Referencias
Bibliográficas
Congreso de la república, (2006). Capitulo 1, Derechos y
libertades. Recuperado el 5 de Mayo de 2016 de http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_1098_2006.html
Constitución política de Colombia 1991, (s.f.) De los principios
fundamentales. Recuperado el 9 de Mayo de 2016, de http://www.procuraduria.gov.co/guiamp/media/file/Macroproceso%20Disciplinario/Constitucion_Politica_de_Colombia.htm
Corte constitucional, (s.f.) Auto 004 de 2009. Recuperado el 8 Mayo
de 2016 de http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/autos/2009/a004-09.htm
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Derecho a los alimentos y a quienes se le debe. (s.f.) Recuperado
el 5 de Mayo de 2016, de http://www.gerencie.com/derecho-a-los-alimentos-y-a-quienes-se-le-debe.html
Dutton, D.G. & Painter, S. (1981). Los
patrones de Vinculación emocional en la mujer maltratada: Teoría del vínculo
traumático. Callar o gritar el dilema de
la mujer maltratada.. Recuperado el 5 de mayo de 2016 de http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/n77/n77a02.pdf
Seligman, M. E.
P. Indefensión (5ta Ed.) Debate, Madrid, España.
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